martes, 11 de marzo de 2008

Póntelo... y pónselo..



Hay personas que, por su avanzada edad, no han usado preservativos a lo largo de su relación de pareja, porque la conocían desde hacía tiempo. Pero esas personas que creen saberlo todo, no están al corriente de que el cuerpo cambia o, simplemente, la relación cambia y se conoce a otra persona. Es ahí cuando deben dar uso al preservativo, ya que permitirá una mayor seguridad a la hora de mantener relaciones sexuales con la otra persona.

Este invento milenario es seguro y afecta poco a la sensibilidad en el acto. Si llegase a fallar sería cuestión de un mal uso de éste.

Los preservativos, actualmente realizados en látex u otros materiales similares, son seguros con respecto a que impiden la transmisión de enfermedades (ETS) como sida, gonorrea, sífilis, etc. Un condón regular sirve para cualquier pene erecto, dándole siempre su debido uso.

Estos anticonceptivos se deben guardar en un lugar seguro, fresco y seco, debido a su composición materialmente hablando, teniendo en cuenta, entre otras cosas, la fecha de su vencimiento.

A la hora de colocarlo hay que tener cuidado de no rozarlo con algún aro, pulsera u otro objeto que pueda causar rasguños en el preservativo, porque durante la relación podría romperse.

Para variar, encontramos condones de diferentes formas, texturas, colores, sabores o, incluso, olores. Esto hace que el uso del preservativo no sea monótono y resulte cómodo su uso en la pareja.

Hay que familiarizarse con ellos y así despreocuparse, a la hora de mantener relaciones, de contagiar o contagiarnos de alguna enfermedad.

Aunque parece un tema obvio y es conocido por todos, no se le da el uso adecuado, ya que para muchos jóvenes, el uso del preservativo “quita sensibilidad y prefiero a pelo” dando de lado al riesgo que pueden correr al contraer alguna ETS.

Como nos indican desde el Ministerio de Sanidad y Consumo: “Póntelo…Pónselo”.

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