lunes, 5 de mayo de 2008

Ríete disfrutando del sexo


Dicen que el lenguaje del amor es universal, pues bien, no es el único, hemos de añadir el de la risa. Los efectos beneficiosos de esta última para la salud son evidentes. Pensemos que con cada carcajada liberamos endorfinas, oxigenamos el cerebro y aumentamos nuestro sistema de defensas.

A más de uno, le agradará saber que además es un elemento necesario para la salud sexual. Los que lo tienen más claro son los esquimales, quienes en su idioma expresan que quieren “reír” cuando quieren tener “sexo”. Pero, no pueden ser ellos los únicos en haber apreciado la relación tan estrecha entre el sexo y el humor, basta con dar un repaso al guión de la vida para comprender esta díada.

Pongámonos a ello. En los momentos de seducción, resulta que el sentido del humor es uno de los rasgos más valorados. Así que, si quieres mostrarte atractivo, aparte de cuidar tu aspecto, no pases por alto este ingrediente en tu Kit de conquista. La película podrá ser nefasta y la cena estar fría, pero unas gotas de humor son la mejor garantía para una segunda cita.

En la desnudez los complejos pueden inhibirte, pero si sabes reírte de ti mismo, y hablar con cariño y humor de las zonas de tu cuerpo, que no pasan el casting de Miss y Mister, contribuirás a sentir confianza y permitirte disfrutar. Y ésta, es la imagen positiva que le llegará al otro. Parte de cómo nos ven los demás, depende de cómo nos presentamos nosotros mismos.

Si sigues incorporando la risa en los juegos sexuales, te sentirás más desinhibido a la hora de llevar la iniciativa. Una persona que ríe, es más positiva, no tiene miedo a sugerir, porque no tiene tanto sentido del ridículo, se deja conducir por la imaginación, hasta llevarlo al absurdo. “Hacer el payaso en la cama” siempre es bueno. No podemos olvidarnos de la ansiedad, culpabilidad y miedos, que van asociados a algunas disfunciones sexuales (dificultad de erección, vaginismo). En estos casos, el sentido del humor es esencial para desdramatizar, romper el hielo, disminuir la tensión que se crea entre la pareja y rebajar la presión. Puedes contarte la misma escena en versión trágica o cómica. Una sonrisa a tiempo, un comentario que vea el lado gracioso del asunto, son ingredientes básicos de cualquier terapia sexual.

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