martes, 29 de abril de 2008

Higiene Sexual



No solo las personas sexualmente activas deben ser responsables del mantenimiento de su salud en la zona genital, por lo que todo individuo debe seguir medidas de limpieza y autoexploraciones que ayuden a evitar infecciones o adviertan sobre alguna alteración que pueda presentarse.

Tanto por uno mismo como por la pareja, la higiene íntima debe practicarse todos los días con la finalidad de evitar la aparición de pequeñas infecciones, las cuales al principio se manifiestan mediante molestias, ardor, comezón o mal olor, y de no atenderse pueden representar un problema más serio e incómodo.

Cada individuo procurará atenciones especiales para su aseo personal de acuerdo con su sexo, pero en general debe ser cuidadoso por la delicadeza de esta zona corporal y, ante todo, constante y atento porque los genitales se encuentran próximos a los orificios de salida de orina y materia fecal, lo que facilita la presencia de bacterias y hongos (siendo más frecuente la Candida Albicans), que generan infecciones transmisibles por vía sexual.

Aunado a esto, la piel de vulva o pene cuentan con una serie de pliegues que facilitan la acumulación de restos de orina y secreciones diversas (medios ideales para la proliferación de microorganismos), por lo que exigen más atención que otras regiones corporales. A continuación una serie de consejos básicos para procurar higiene íntima adecuada, tanto a hombres como a mujeres, atendiendo las particularidades de cada caso.

Hombre limpio, hombre sano
En los varones es ampliamente recomendable recurrir a baño diario en el que sus genitales se laven de la misma manera que otras partes del cuerpo; no basta con dejar que la espuma "caiga" en los genitales o que el agua "se lleve" el jabón, sino que se debe ser más minucioso sobre todo en los pliegues de la piel. De igual manera, la zona debe secarse con toalla limpia para evitar la permanencia de humedad. Un pene no circuncidado deberá limpiarse con mayor atención en la zona del glande (cabeza del miembro viril), echando hacia atrás completamente el prepucio (piel que cubre la punta del pene) con la finalidad de evitar acumulación de fluidos o células muertas.

En cualquier caso, toda secreción extraña puede ser resultado de una infección, así que debe ser consultada con el médico. También es importante que todo varón lave sus manos antes y después de orinar, con la finalidad de no alojar bacterias de las manos en los genitales y viceversa.

Luego del proceso de limpieza se presenta el mejor momento para realizar un autoexamen con la finalidad de detectar la aparición de cáncer en testículos, el más común entre hombres jóvenes pero que también tiene un índice de recuperación del 90% si se detecta a tiempo. Además, este proceso dura sólo 1 ó 2 minutos una vez al mes.

Gracias al agua caliente utilizada en baño o ducha, la piel del escroto (piel que contiene los testículos) se encuentra más relajada, y en general es ideal para detectar posibles alteraciones. Durante la autoexploración se examinará un testículo a la vez; cada glándula se enrollará y comprimirá suavemente con los dedos índice y pulgar; mientras se realiza esto se intentará sentir la presencia de algún bulto en la superficie, alguna variación en el tamaño, si se han endurecido o hay alguna diferencia con respecto a la revisión anterior.

Es posible que el epidídimo (masa muy rizada e irregular de tubos que almacenan el esperma en la parte posterior del testículo) se note duro al tocarlo, pero no debe confundirse con un tumor, que es más rígido y en forma de bulto; asimismo, pequeña línea firme entre los testículos es normal. En cambio, si se nota una prominencia, llaga o algún cambio notable, no quiere decir que se tenga cáncer pero es importante que el varón asista lo antes posible al médico.

Limpieza en mujeres
La vagina secreta fluidos que permiten mantener humedad y acidez en su interior para impedir el desarrollo de microorganismos dañinos; sin embargo, factores como estrés, contacto sexual sin protección, cambios hormonales, tratamientos prolongados con antibióticos y deficiente higiene íntima pueden alterar este mecanismo, favoreciendo el desarrollo de infecciones.

Existen principios básicos de limpieza femenina que son sencillos de seguir y que contribuyen a evitar estas molestas afecciones. De inicio podemos mencionar que después de cada deposición debe tenerse precaución en la higiene para no provocar infección genital: la limpieza deberá realizarse en dirección de la vagina al ano para evitar que los gérmenes se diseminen y se alojen en los genitales o en vías urinarias.

Es suficiente lavar los genitales con jabón suave y agua una vez al día, durante la ducha diaria; no es conveniente que la mujer enjabone entre los labios vaginales, ya que sólo irritará los tejidos de la vulva. Salvo prescripción médica, las féminas no deben utilizar desodorantes vaginales, pero en caso de que se prescriba el uso de spray para la higiene íntima, éste nunca debe dirigirse directamente hacia la vulva; en caso de irritación debe suspenderse el uso de inmediato y consultar al ginecólogo.

Aunque las duchas vaginales "lavan" el tapón de moco que protege la entrada de la matiz de microorganismos infecciosos, en ocasiones son recomendadas por algunos médicos durante la menstruación; de ser así, la mujer debe tener cuidado de que el mango de la ducha no esté muy cerca para reducir la presión del líquido y evitar que los microorganismos vaginales sean arrastrado hacia el útero, donde pueden causar una infección.

Finalmente, diremos que después del coito, un lavado vaginal es ineficaz como anticonceptivo y además poco recomendable, ya que destruye la flora vaginal aumentando los riesgos de infección.

Como medidas para prevenir infecciones vaginales, pueden seguirse también estos sencillos consejos:

  • Secar cuidadosamente la región genital después de la ducha, baño o luego de nadar. La ropa se deberá cambiar siempre que esté húmeda.
  • Utilizar siempre una toalla personal para el aseo.
  • Usar ropa interior de algodón en lugar de aquella fabricada con materiales sintéticos.
  • Evitar ropa ajustada.

Cualquier anormalidad debe reportarse
La higiene diaria y observación constante permiten a cualquier persona habituarse a sus genitales, zona de nuestro cuerpo que continúa siendo un tabú, por lo que de esta forma se facilita la detección de cualquier cambio.

En el caso de las infecciones genitales femeninas es típica la secreción de un líquido blanco amarillento y espeso por la vagina, a veces de mal olor y asociado a picazón y ardor genital; en cambio, los varones generalmente presentan pocas molestias, aunque suelen ser característicos picazón, pequeños granos, ardor o irritación en el glande o prepucio. Cualquiera de estos síntomas en hombre o mujer es motivo de consulta médica.

Finalmente, considere que procurar higiene personal adecuada es una manera más de mostrar afecto a uno mismo y a la pareja, ya que es velar tanto por la salud personal como por la del ser querido.

1 comentario:

jabon higiene intima dijo...

La higiene íntima es vital para nuestra salud, así que dedicarle unos minutos diarios nos hará la vida más fácil.