martes, 29 de abril de 2008

Sexo rural VS Sexo urbano

Las palabras vida rural suenan bucólicas, idílicas, las chicas del campo suelen ser tradicionales, castas, y ellos tienen ese encanto que les da vivir más cerca de la naturaleza… Pero, ¿son ciertos todos estos tópicos? Por supuesto que cada persona es un mundo, sin embargo una investigación hecha por la Universidad de Indiana y publicada en la revista “Health Education Monograph” muestra que los adultos solteros que viven en áreas rurales no presentan unos comportamientos sexuales más seguros que aquellos individuos que viven en el medio urbano, como por ejemplo en el número de parejas o en la tasa de encuentros sexuales de riesgo.

El director senior del Centro Rural para la Investigación de VIH/ETS en la Universidad de Indiana, comentó: “La imagen que tenemos del medio rural es más conservadora que la situación real, con valores tradicionales que darían como resultado comportamientos personales menos arriesgados. El estudio demuestra que contrariamente a esta creencia, la gente que no vive en las ciudades tiene más relaciones sin protección porque piensan que están protegidos contra muchos de los factores que contribuyen a la transmisión y adquisición del VIH/Sida”.

La investigación se llevó a cabo sobre 1.500 hombres y 1.888 mujeres de edades comprendidas entre 18 y 29 años de edad, dentro de la Encuesta Nacional del Crecimiento Familiar 2002 (E.E.U.U.). No-rural es un término que se refiere a aquellos que habitan un condado con más de 50.000 residentes. Los hombres no-rurales presentaban una media de 8,8 parejas sexuales durante su vida, mientras los rurales tuvieron 7,2, y 1,7 y 1,4 respectivamente en los doce meses anteriores a la encuesta.

Los contactos sexuales sin preservativo supusieron 4,9 para los hombres no-rurales durante el mes anterior, y 6,2 para los rurales, y el 47% de ambos grupos no utilizó condón en su último encuentro sexual. En mujeres los datos arrojan una media de 6,8 y 6,5 veces respectivamente para no-rural y rural durante el mes anterior, y un 51% de las primeras no utilizó preservativo la última vez que tuvo un encuentro sexual frente a un 47% de las segundas.

El 59% de mujeres no-rurales tenían más posibilidades de contagiarse con VIH, frente al 50% de las rurales, mientras los hombres de uno y otro grupo presentaron la misma cifra, un 44%. Los investigadores concluyeron: “Los residentes en medio rural pueden haber dudado en responder a una encuesta de salud, pero ésta ha dado en el blanco en cuanto a la realidad social. La intensificación de esfuerzos para promover la reducción del riesgo de VIH/ETS en la América rural está garantizada, porque los recursos para paliar epidemias de VIH en zonas rurales son menores que en las áreas urbanas”.

Las tasas de infección de ETS son menores en áreas rurales, pero los datos en cuanto a comportamientos de riesgo son similares en la ciudad y en el campo.

A todo esto hay que sumar las características del sistema sanitario americano en el que sólo los trabajadores que tienen un seguro médico contratado son atendidos en los centros de salud y hospitales, lo que deja sin cobertura sanitaria a un porcentaje altísimo de la población estadounidense que no tiene recursos económicos suficientes para pagar las elevadas cantidades que suponen los seguros. Esto hace que tan sólo una pequeña parte de la población enferma obtenga un tratamiento adecuado.

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